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Proyecto Alejandro Bodart- Denomínese “30 de diciembre” a la estación “Once” de la línea H de subrterráneos de la C.A.B.A

09.06.2014 11:01 |  Noticias DiaxDia  | 

Artículo 1°.- Denomínase “30 de Diciembre” a la actual estación “Once” de la línea H de subterráneos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Art. 2°.- La estación denominada de acuerdo al Artículo 1° de la presente Ley, exhibe en un mural específico, los nombres completos y/o las fotografías de las víctimas fatales del 30 de diciembre de 2004 de “República de Cromañón”, así como la explicación de los hechos que dieron lugar al nombre de la estación a través de recursos audiovisuales.
Art. 3 °.- Comuníquese, etc.
Fundamentos
Señora Presidenta:
Nos dirigimos a Usted, y por su intermedio al Cuerpo Legislativo que preside, a fin de considerar el presente Proyecto de Ley que tiene por objetivo modificar el nombre de la actual estación “Once”, de la línea H de subterráneos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el de “30 de diciembre”
En el corriente año, se cumplirán 10 años del incendio del boliche “República de Cromañón” que sacudió a nuestra Ciudad y a todo el país. Es una forma de mantener viva la memoria de los 194 jóvenes fallecidos en el siniestro y de mantener presente la conciencia de que hechos de esta naturaleza no obedecen -ni obedecieron- a fallas o negligencias circunstanciales, sino a un claro entramado de responsabilidades estatales y empresariales. Fueron muertes evitables.
El 30 de diciembre de 2004, más de 4 mil jóvenes se congregaron en el boliche “República de Cromañón” del barrio de Balvanera, sito en Mitre al 3000 y cercano a la estación Once de la Línea H de subtes, para ver la presentación de la banda de rock “Callejeros”. En el inicio del recital se inició un incendio en el local, luego de la utilización de un elemento de pirotecnia que impactó en una media sombra altamente inflamable que se encontraba en el techo. La evacuación del lugar no pudo realizarse de manera exitosa por una confluencia de factores que provocaron la muerte de 194 chicos y chicas. Además 1432 personas resultaron heridas, y cientos de ellas todavía sufren las secuelas físicas y psíquicas del incendio.
La enorme movilización de familiares y amigos de las víctimas en su búsqueda incansable de justicia condujeron a profundas revelaciones sociales y políticas. Lo que se pretendía presentar como una tragedia fue en realidad una masacre social.
A través de esta lucha y de esta movilización, la investigación avanzó. Se determinó que 193 de las 194 víctimas fatales murieron por la inhalación de gases tóxicos producidos por la combustión de materiales inflamables. Se reveló que la certificación de Bomberos de República de Cromañón se encontraba vencida y que el local debió haber sido clausurado por el Gobierno de la Ciudad. Asimismo, de los quince matafuegos existentes en el lugar, diez, se encontraban despresurizados. La evacuación no pudo realizarse principalmente porque la capacidad del boliche de 1031 había sido desbordada por los 4500 asistentes. Las salidas de emergencia y alternativas estaban bloqueadas o cerradas con candado, lo que agravó las dificultades para la evacuación.
Estas criminales irregularidades sacaron a la luz una articulación corrupta entre empresarios, funcionarios, policías y bomberos. Más aún: se reveló que en las entrañas del poder político de la Ciudad funcionaba un sistema de ´habilitaciones´ fraudulento, donde el incumplimiento de normas elementales para la seguridad de usuarios y de trabajadores se concertaba entre funcionarios y empresarios. La Cámara de Casación Penal confirmó las condenas del Tribunal Oral en lo Criminal N° 24 y fueron condenados Omar Chabán, manager de Cromañón, a 10 años de prisión; sus socios, los músicos y los funcionarios públicos: el ex Subcomisario Carlos Rubén Díaz, a la pena de 8 años de prisión e inhabilitación especial perpetua, por los delitos de incendio culposo seguido de muerte y cohecho; Fabiana Gabriela Fiszbin, ex Subsecretaria de Control Comunal del G.C.B.A., a la pena de 4 años de prisión, Gustavo Juan Torres, ex Director General de Fiscalización y Control, a la pena de 3 años y 9 meses de prisión y Ana María Fernández, ex Directora General Adjunta de la Dirección General de Fiscalización y Control, a la pena 3 años y 6 meses de prisión, por el delito de omisión de deberes de funcionario público en concurso ideal con incendio culposo seguido de muerte.
De la investigación principal se desprendió una causa relacionada con un circuito ilegal de certificados de habilitación. En septiembre de 2006, tres bomberos, por cohecho pasivo, y dos empresarios, por cohecho activo también fueron enviados a juicio oral y público. Los bomberos acusados eran Alberto Corbellini, el ex jefe de la División Prevención de la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal, Marcelo Nodar y Marcelo Esnok; mientras que los dos empresarios, Rubén Fuertes y Luis Perucca, fueron acusados por “coautores”. El juicio por este hecho comenzó en noviembre de 2007, y los cinco fueron encontrados culpables.
Por otra parte se realizó una investigación por la deficiente atención del SAME a las víctimas en las que fueron imputados los entonces Jefe y vicejefe de Gobierno de la Ciudad.
Las consecuencias políticas de la masacre de Cromañón fueron profundas. La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires acusó al entonces Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra de mal desempeño e inició un juicio político que finalizó, el 7 de marzo de 2006, con su destitución. Era la primera vez que el mecanismo constitucional de Juicio Político se ponía en práctica. Las imputaciones políticas de la Legislatura contra Aníbal Ibarra se referían al abandono del poder de policía de la Ciudad.
Por todo lo expuesto Cromañón, no es ni puede ser, un episodio del pasado reciente. Sus causas siguen presentes en nuestra Ciudad y en nuestra sociedad, continúan sin resolverse cuestiones de inseguridad e insalubridad en los lugares de trabajo; de precarización laboral e incluso de trabajo semi-esclavo; la indefensión general de la juventud o la persistencia del encubrimiento en los crímenes de Estado. También para mantener y fomentar la conciencia sobre las consecuencias terribles y nefastas de la connivencia entre funcionarios y empresarios que ponen sus negocios por encima de la vida de las personas.
Para reforzar la memoria y la conciencia en torno de estos hechos, planteamos que en la citada estación puedan exhibirse los nombres completos y/o las fotografías de las víctimas fatales, así como explicaciones audiovisuales de los acontecimientos del 30 de diciembre de 2004.
Por todos estos elementos, creemos oportuno, a meses de cumplirse 10 años de la masacre, rendir homenaje a través del cambio de nombre de la estación “Once” de la línea H por el de “30 de diciembre”, a los 194 pibes y pibas de Cromañón, a los sobrevivientes, a sus familiares, a sus amigos y a la población de la Ciudad que se moviliza incansablemente por Justicia.

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